29 de noviembre de 2012

ENTREVISTA

Lancaster Williams entrevista en exclusiva al autor de 'El Hallazgo', Pablo Guerra


Lancaster Williams: La primera pregunta es obligada. ¿Es mi historia la historia de Pablo Guerra?
Pablo Guerra: En absoluto. Tú eres la viva imagen de Pablo, pero también de José Manuel, de Laura, de Juan Carlos, de Rocío, de César, y de cientos de arqueólogos que cada día se plantean qué hacer con sus vidas.

LW: ¿Cómo es que te dio por eso de escribir una novela?
PG: La verdad es que nunca pensé que pudiese hacerlo… Los arqueólogos estamos acostumbrados a publicar, pero artículos especializados. Un buen día me puse a escribir. Después de tres meses llevaba ya doscientas páginas…

LW: ¿Te ha sido complicado desarrollar la historia?
PG: Para nada. He tenido y sigo teniendo la inmensa suerte de contar con excepcionales compañeros de sector, arqueólogos y arqueólogas que me han ido contando sus aventuras y desventuras. Yo sólo he tenido que darle orden.

LW: ¿Qué esperas que encuentre el lector en mi historia?
PG: Sinceramente, espero que cualquiera que lea el libro se identifique con alguno de los personajes. Estoy seguro de que los arqueólogos sabrán de lo que hablo, y los que no son arqueólogos empezarán a comprender cuál es nuestro verdadero papel en la sociedad.

LW: ¿Quién es el malo de esta historia?
PG: No hay un enemigo concreto. Yo creo que el verdadero perverso somos nosotros mismos. Es vital mejorar la sensibilidad social sobre nuestro Patrimonio Cultural. Consiguiendo eso, habremos recorrido la mitad del camino.

LW: Entonces parece que mi historia tiende a ser moralista. ¿No será pesada para el lector?
PG: Ciertamente, no lo creo. Es una novela, con su introducción, su cuerpo y su desenlace. Los personajes entran y salen, se relacionan y generan un hilo conductor. Además, creo que lo mejor del libro es el desenlace. El lector se puede esperar lo peor, pero no sabe cómo…Yo creo que no será pesada, aunque nunca se sabe.

LW: ¿Por qué lo has llamado El Hallazgo?
PG: Por varias razones. Primero, porque es un título que creo que llama a la lectura. Segundo, porque es una de las palabras más bonitas del vocabulario de un arqueólogo. Y tercero, porque en la novela juega un papel primordial. Y no diré más…

LW: ¿Alguna recomendación previa a la lectura?
PG: Sí, que se lean el Capítulo 18 de El Futuro de la Arqueología…

LW: ¿Qué hay realmente de ficticio y qué hay de real en mi vida?
PG: Eso tendrá que averiguarlo el lector…

LW: En el blog, en tu biografía nos dices que desde pequeño siempre quisiste ser arqueólogo. ¿Qué hay de cierto en la vocacionalidad de los arqueólogos?
PG: Imagino que lo mismo que en otras profesiones. De todas formas, dedicarse a la arqueología conlleva muchas dificultades. No es una profesión técnica, ni sanitaria. Es una carrera basada en las Humanidades, que no lo olvide nadie. Es una profesión llena de sacrificios, de sueldos más bien bajos y de una constante formación profesional. Hay que leer mucho. A mucha gente le gusta la historia, pero esto es diferente. Te puede gustar mucho una comida, pero para la arqueología hay que rebañar el plato.

LW: No estás animando mucho a los futuros arqueólogos.
PG: No les voy a contar mentiras. La realidad es que es un sector que, o cambia pronto, o desaparece…

LW: Por último, en la historia yo mismo menciono a muchos arqueólogos famosos. ¿Tú te quedarías con alguno, como modelo a seguir?
PG: Con franqueza, no. Cada uno ha desarrollado su carrera en países diferentes, en momentos distintos y con recursos dispares. Cada uno ha aportado algo, y aunque no estemos de acuerdo con los resultados, hay que respetarlos. Y con los arqueólogos actuales, pienso exactamente lo mismo.

LW: Entonces, ¿no hay ningún arqueólogo que te haya inspirado más que otros?
PG: Si tuviese que inspirarme en uno en concreto, me quedaría con Lancaster Williams.

LW: ¿Puedo esperar de ti una segunda parte de mi vida?
PG: Eso depende de lo que le guste a la gente la primera parte de ella…

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